domingo, 8 de febrero de 2009

Un día en familia americana

XI

Un día en familia americana

Veía desde el espejo retrovisor del auto de Vicky, a Pedro hablar sobre lo bien que se sentía en Gillette y que le gustaba mucho su trabajo en Perkins, cosa que me parecía un poco doble estadar ya que en las ultimas conversaciones que tenía con este, siempre estaba reclamando que este lugar es completamente diferente a su País y ciudad, pero el típico nunca quedas mal con nadie siempre esta en algunas personas, y en la personalidad infantil de Pedro no me sorprendía en absoluto.

Paramos unos minutos en Perkins para cargar el auto con bolsas de hielo que Lidna y Roger necesitaban para el almuerzo de navidad aquel día, yo aun no había recuperado mucho el sueño así que me quede esperando a los chicos en el auto mientras ellos se encargaban de transportarlo, flojo quizás, pero realmente si no duermo mis 8 horas de sueño al día no puedo funcionar bien, y en ese entonces mi cuerpo no acostumbrada al 100% a trabajar seguido por las noches ordenando el Restaurant y volver a estar despierto como el común de la gente por el día.

Ya con todo listo, el camino era hacia la casa de Roger y Linda, esta no quedaba muy lejos del restaurant, y mientras íbamos de camino, con Vicky comentábamos un poco sobre la temporada de temas musicales relacionados con la navidad que sonaba constantemente en las radios, y justo en ese mismo instante sonaba Happy Christmas ( War is over) del recordado Lennon, y como con Vicky éramos seguidores de los Beatles, aprovechamos de hacer el camino más corto comentando sobre la vida de este gran compositor de música popular, y luego de eso ya nos encontrábamos en el estacionamiento de la casa de nuestros Jefes.

Una casa muy grande y hermosa, color blanco al lado de un vacío pero hermoso terreno con vista a las nevadas montañas de temporada, bajamos del auto y lo primero que hicimos fue cargar la pesadísima bolsa con hielo para dejarla en el lugar que nos indicasen, y cuando estaba a punto de resbalarse esta de nuestras manos, aparece uno de los hijos mayores de Roger, el cual nos dio las indicaciones bien rápido para no dejar una fría decoración en el piso.

Saludamos y dimos las felices navidades respectivas y entramos los 4ro a la casa, lo primero y como al parecer es común en todas partes aquí en los Estados Unidos, era sacarse los zapatos o botas, para mi eso no era común, y realmente era muy frío, ya que en todas las casas que e vivido en Chile, hacer eso no era pan de cada día, pero para Pedro y Leo no fue mayor problema, ya que aparentemente ya estaban acostumbrados a eso en Brasil.

Entramos y todo parecía muy acogedor, decoraciones navideñas por montones, un árbol gigante y absolutamente rodeado por los nietos de Roger y Linda, los cuales eran muchos, y hacían ruido por montones junto a sus nuevos regalos, ya saben autos a control remoto, muñecas que sonaban, video juegos etc., y mientras caminábamos por toda esa selva de felicidad, nos encontramos por fin con Roger y Linda los cuales nos dieron una calurosa bienvenida y nos ofician a su vez ir al salón de juegos mientras la comida estaba lista.

“Salón de juegos mmm”, decía yo, como será eso, me preguntaba, Roger, nos encaminaba a una especie de subterráneo en su casa y cuando vimos todo lo que había en ese lugar, simplemente quedamos sorprendidísimos.
Una pieza bastante grande completamente con juegos, tanto para niños como para grandes, una enorme mesa de pool, una maquina digital para tirar dardos, una televisión plasma que parecía cine junto a todas las consolas de video actuales que te pudieses imaginar, ahí se encontraba uno de los 4ro hijos de Roger jugando una nueva versión del cazador de patos, para el Nintendo Wii, muy difícil de jugar, ya que en toda esa estancia que estuvimos ahí, nunca escuchamos al maldito pato decir: CUAK!!, también había una enorme piel de oso colgada en la muralla simulando una especie de trofeo, junto a un cabeza de alce del porte de un dinosaurio, lo que a mi y a los chicos nos parecía un poco cruel, pero no suficiente impedimento para tomarnos fotos junto a estas, a y para agregar también había una mesa de hockey aéreo para seguir matando el aburrimiento, simplemente genial y esperable del dueño de un restaurant en Wyoming.

Lo primero que hicimos luego de tomar fotos a ese lugar, fue jugar pool junto a Roger, escogimos nuestros tacos de billar, y nos disponíamos a escuchar las reglas para el juego que Roger nos decía, mientras ocurría eso yo ya no podía aguantar el frío en mis pies, y no se si era por que realmente hacia frío o por la falta de costumbre, quizás se mezclo lo psicológico con el frío, y Roger al notarlo fue muy amable y me presto sus pantuflas, ya que el realmente las tenia puesto de puro mono como decía, y una vez terminada la explicación de las bolas ralladas y las de colores nos disponíamos a jugar pool en parejas, Roger con Pedro, y Leo conmigo.

Bastante entretenido pero estresante a la vez, ya que Pedro cada vez inventaba reglas nuevas cuando estaba perdiendo o cuando hacia algo que no entendíamos realmente, a lo que Leo ya cansado de tenerle paciencia a Pedro decía: “Si, Pedro, como tu digas tu sabes todo” , lo que realmente me sorprendió y me hizo sentir mas comprendido sobre mi sentir hacia Pedro la mayoría del tiempo.

Luego de eso, Roger subió para ayudar a Linda con el almuerzo que estaba listo, lo que nos daba tiempo para jugar un poco del entretenidísimo hockey aéreo que no necesitaba fichas para ser jugado, claro esta, en Chile no ves en casas de amigos una de esas mesas todos los días, e insisto, sobre todo sin tener que poner fichas, pero el almuerzo ya estaba listo, y lo único quedaba por hacer era llenar nuevamente nuestros (al menos para mi), insaciables estómagos.

Todo fue muy en familia y acogedor, Linda nos preguntaba acerca de lo que hacíamos en estas fechas en nuestros respectivos países y si la comida era muy deferente, a lo que respondimos que era muy parecido, pero que no le dábamos tanta importancia a estas fechas como a otras en nuestros países, al menos en Chile el 18 de septiembre a mi parecer era algo más importante y con definitivamente más días libres que en los Estados Unidos, también pedro aprovechaba la palabra para hacer de chupa medias delante de Roger y Linda, claro, en el fondo sentía que el trabajo era muy difícil y casi frustrante para el, pero a la hora de dar los comentarios y quedar bien con todos, Pedro sin duda daba que hablar, a lo que Leo y yo mirábamos con cara de risa y negación a la vez, pero de manera muy sutil para que nadie se diera cuenta, y si bien por nuestra parte también dimos comentarios de que nos agradaba el trabajo jamás llego a ser tan maravilloso como Pedro lo contaba en sus relatos en la mesa, ya que ni Roger podría creer lo satisfecho que podría llegar a dejar un empleado, y luego de las charlas y del casi intercambio cultural, venia la hora de reposar lo comido y seguir jugando un poco de Pool, Hockey aéreo, o dardos en lo que quedase de tarde.

Fue sin duda una tarde muy agradable, ya nos estábamos despidiendo de todos ya que por algún motivo el sueño me gano la batalla y necesitaba de forma urgente dormir algo si quería continuar trabajando al día siguiente, pero no nos iríamos sin tomarnos las respectivas fotografías con nuestros jefes y con parte de la familia que realmente fue muy amena con nosotros, así que de esa forma todos sacamos nuestras cámaras, y empezamos, y lo que realmente fue muy divertido de ese omento, fue cuando Linda decide traer un disfraz de Santa Claus, y lo ofrece para que uno de los 3 salga en la foto con este, claro esta que el que ni lo pensó más de 2 veces, fue nuestro queridísimo amigo de vivienda llamado Pedro, pero a pesar de su pintamones hizo que esa momento fuese muy divertido, y mientras me estaba quedando dormido posando para las más de 30 fotos, pensaba: “quizás el parte del equilibrio”.


9:00pm

Cansadísimos y ya en nuestro departamento, ya estábamos dispuestos todos a dormir, ya que todos volvíamos a las jornadas normales de trabajo, y mientras ordenábamos un poco nuestras cosas, conversábamos acerca del nuevo chico que se iría a vivir con nosotros, del cual algo nos había comentado Vicky en el auto, momentos antes de que abandonáramos este, su nombre era Bun (o al menos eso era lo que escuchábamos), también era de Indonesia y no era la primera vez que vivía en este lugar y trabajaba en Los Estados Unidos, a nosotros nos pareció bien, además de que la renta mensual volvería a quedar más estable desde que Sidi y Mohinder se habían ido, solo nos preguntábamos si Bun seria tan especial o diferente para nosotros como lo eran nuestros 2 antiguos compañeros de vivienda.
Yo no podía irme a dormir sin jugar algo de play station para descargar un poco las tensiones, a pesar de lo cansado que estaba, y aunque Pedro y Leo me miraban con una cara de odio ya que ellos no tenían las ganas de irse tan luego de casa de Linda y Roger encantados con los juegos, no les tome atención y seguí con mi protocolar y relajante pelea a un round contra la maquina en mi juego favorito de todos los tiempos, smack down vs raw, y mientras lo hacia empezaba a hacer una especia de resumen de cómo lo había estado pasando en Gillette, y por lo general estaba todo en armonía, quizás el problema era que estaba en demasía, y aunque nuestros trabajos eran geniales y bien pagados, lo material no siempre compensa otras cosas, Leo desde que se compro el computador personal, no tiene la necesidad de hacer nada mas que trabajar, chatear, ir al baño, comer algo y hacerlo perfectamente como rutina todos los días, Pedro gastaba su tiempo diciéndome a mi que estaba aburrido a su vez que me aburría a mi y yo jugaba algo de play, dibujaba, escribía o de vez en cuando revisaba el computador que pedro había reparado unos días atrás, pero sin duda faltaba algo, y como yo no soy una persona que puede quedarse en un solo lugar mucho tiempo, apague el play, me lave los dientes me acerque a Pedro y le dije: “Pedro, mañana iré a un bar, con o sin ti, así que prepara las ganas o tu negativa”, este me queda mirando, y aunque no le convenciera mucho la idea, ya que el no es de ir mucho a bares a juntarse con sus amigos para salir, este me dice: “Con que podamos salir de aquí y conocer otro tipo de gente, te sigo a donde sea”, y aunque yo supiese que Pedro no fuese la mejor compañía para ir a un bar, yo ya me podía ir más tranquilo a dormir sabiendo que en algo romperíamos al rutina que se estaba dando en aquellos días, pero nunca me imagine que aquello podría ser una experiencia que tendría más de una historia que contar después.



La mesa de pool en el salón de Juegos de Roger




Parte de la colección de casa de Roger...



Hockey Aéro



Foto con Roger y Linda en su casa